Con frecuencia la depresión es provocada por las circunstancias de la vida, tales como la pérdida del trabajo, la muerte de un ser querido, el divorcio o problemas psicológicos.
Es una tormenta que se apodera de las almas de muchos, que trae monstruosas olas, y a veces nos hace pensar que vamos a morir, posiblemente a ahogarnos, pero recordemos que Jesús está en esa barca con nosotros. Siempre podemos recurrir a Dios, y ser guiados, transformados y restaurados a través de su palabra. «Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.» (2 Timoteo 3:16-17).
Filipenses 4:8
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
Deuteronomio 31:8
Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides.
Salmos 34:17
Claman los justos, y Jehová oye, Y los libra de todas sus angustias.
Salmos 40:1-2
Al músico principal. Salmo de David. Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.
Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.
Salmos 3:3
Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que levanta mi cabeza.
Salmos 32:10
Muchos dolores habrá para el impío; Mas al que espera en Jehová, le rodea la misericordia.
Salmos 42:11
¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.
Juan 16:33
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.